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29 de August del 2019

Caracterización del Currículo con enfoque en competencias

En el marco contextual propio de la educación, se entiende por competencia la capacidad para actuar eficazmente en un conjunto de situaciones dadas. No se trata, entonces, de aptitudes para demostrar conocimientos o talentos (González, 2005). Este concepto netamente pedagógico, constituye una categoría que se refiere al aprendizaje a lograr, asumiendo una perspectiva sociocultural; lo que alude al más estricto sentido etimológico de dicho término, destacando el proceso cognitivo y asociándolo al desempeña.

La necesidad de levantar currículos de formación inicial docente basados en competencias se justifica porque éstas, en sí mismas y por su naturaleza, acuñan una perspectiva educativa concordante con la Reforma Curricular Chilena, pues su desarrollo exige procesos educativos de carácter constructivista. Como meta educativa, una competencia configura potenciales ámbitos de aprendizaje, lo que pedagógicamente implica realizar un proceso de captación de conocimientos previos, anclaje y emancipación para mediar el desarrollo de habilidades, la comprensión de diversos escenarios y la formación de actitudes y valores. Esto tiene un efecto significativo en la asunción de roles, tanto del docente como del estudiante, obligándolos a reposicionarse y resignificar su accionar en el marco de los procesos formativos.

Considerando esta conceptualización, un currículo basado en competencias integra saberes, por cuanto entiende el conocimiento como un cuerpo articulado de elementos y procesos aprendibles en los planos declarativos, procedimentales, contextuales y actitudinales, lo que implica que al formar se ponen en acción un saber, un saber hacer, un saber ser y un saber ser con los demás, en función de un desempeño adecuado, en un contexto real.

Este tipo de currículo toma como eje principal el desempeño, entendido como expresión concreta de recursos o formas que se conjugan para desarrollar una actividad, cuyo énfasis radica en el uso o manejo de lo que un profesional debe hacer con lo que sabe, en la calidad con que hace lo que sabe y, por tanto, no busca la aplicación fragmentaria y crítica de conocimientos aislados.

Los perfiles basados en competencias se sustentan en capacidades que asumen una connotación comprensiva de los procesos y funciones que posteriormente un profesional deberá aplicar y desarrollar. Los perfiles, por tanto, no son listados de características y acciones, sino que se construyen con la visión de que un desempeño será de calidad cuando el profesional sea capaz de comprender el medio en que se contextualizan sus funciones, descubriendo las connotaciones, naturaleza y alcance de éstas.

Por tanto, las competencias a incorporar en los perfiles de egreso son aquellas a desarrollar en el marco de un proceso de formación inicial universitaria, las que son basales para el logro de competencias profesionales, que sólo son posibles de alcanzar en el medio laboral auténtico.

En el ámbito de la acción del nutricionista, lo anterior implica, por ejemplo, que no sólo se es buen profesional cuando se consigue la adherencia a una prescripción dietética, sino que cuando se consigue en el individuo una transformación que lo hace capaz de integrar a su contexto biopsicosocial las modificaciones nutricionales que le proporcionarán una mejor calidad y expectativa de vida.

Considerando lo anterior, el perfil de egreso se edifica sobre un conjunto de competencias necesarias para el ejercicio de la profesión, de acuerdo a parámetros de calidad. Estas competencias de egreso pueden ser agrupadas en dos categorías principales, que dan forma y sentido al perfil:

  • Competencias Genéricas., se refiere al accionar profesional en el ámbito de las Interacciones sociales, la comunicación, el sentido ético y la formación y actualización permanente. Son éstas las que permiten adaptarse a nuevas condiciones de trabajo, superar problemas laborales, lograr una carrera laboral acorde con sus motivaciones y, en especial, ser exitosa (González, 2005)
  • Competencias Específicas: son aquellas que definen el contexto y acción concreta de una determinada profesión. Por tanto, son contexto-dependientes, en cuanto a que el lugar especifico en que opera un profesional determina lo que es apropiado, o válido, o eficaz (González, 2005)

Un currículo basado en competencias es siempre un proceso de formación situado. Supera la paradoja de la formación academicista en dos sentidos:

  • La metodología que se utiliza en su construcción incorpora no sólo los referentes propios de la teoría que la tradición formativa ha levantado, sino que además recoge [a experiencia y demandas del mundo profesional al que pretende dar respuesta_ Así, la articulación entre saber académico y saber laboral otorgan al egresado la posibilidad de desempeñarse actualizada, actualizable y contextualizadamente.
  • Los saberes — saber, saber hacer, saber ser, saber ser con y entre los demás —confluyen y, por tanto, reconceptualizan el conocimiento, definiéndolo ya no como una simple acumulación de información transferible, sino como un proceso significativo de aprendizaje que además integra procedimientos, habilidades, estrategias y actitudes propias del quehacer profesional. Esta concepción del conocimiento vuelve real la integración de teoría y práctica, en el sentido de que la primera sustenta a la segunda y esta misma práctica se vuelve origen de una renovación teórica constante.
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