Organización australiana y la Umag estudiarán ecosistemas marinos del Parque Nacional Bernardo O’Higgins

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El trabajo contempla una perspectiva innovadora para la ciencia, al incorporar los conocimientos de la comunidad Kawésqar residente en Puerto Edén.

Representantes de la Institución Científico Tecnológica del Gobierno de Australia, CSIRO, firmaron junto al rector Juan Oyarzo Pérez, un convenio de trabajo para potenciar la generación e intercambio de conocimientos y experiencias, fundamentalmente, en áreas de estudio marino.

Chile y Australia son países con sistemas costeros a presión (sistemas en conflicto), que presentan problemas similares en materias de cambio climático, procesos atmosféricos y otros. Por esta razón, mediante esta alianza virtuosa entre CSIRO – organización con más de 100 años de experiencia y 6000 profesionales en el mundo – y la Universidad de Magallanes, se podrá investigar para solucionar problemas concretos en materias de territorio y aguas, océano y atmósfera y datos en ciencia aplicada, principalmente.

Rodrigo Bustamante, Investigador de CSIRO en Australia, destacó la posibilidad de contar con la universidad como un socio estratégico, y señaló que, principalmente, el trabajo en conjunto permitirá “contribuir al desarrollo regional y territorial de Magallanes, y establecer vínculos de colaboración como eje principal de crecimiento de desarrollo sustentable en términos académicos”.

Uno de los proyectos emblemáticos de estudio se realizará en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, la reserva protegida más grande de Latinoamérica, con 4,5 millones de hectáreas compartidas entre la undécima y duodécima regiones. En dicho lugar, se estudiarán la base marina, los efectos del cambio climático y el área económica de subsistencia de los pobladores de Puerto Edén.

Carolina Huenucoy, presidenta de la comunidad Kawésqar residente en Puerto Edén, destacó que el trabajo entre CSIRO y UMAG “marcará un precedente, ya que el mundo científico mundial va mirar este trabajo, no sólo por el desarrollo de la academia y la ciencia, sino que también porque involucra conocimiento de una comunidad indígena, que tiene presencia por más de 100 mil años en la región”.

A juicio del rector Oyarzo, el principal desafío será “coordinar el trabajo científico en las áreas donde tenemos profesionales y en laboratorios naturales, apoyarnos en ellos y desarrollar proyectos que favorezcan a nuestra universidad y por supuesto a la región”.