Académico de Derecho valora plan de acogida a afganos propuesto por el Gobierno Regional

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-El abogado y candidato a doctor en Derechos Humanos, Democracia y Justicia Internacional, Ramón Mayorga, dice que la iniciativa planteada por el gobernador Jorge Flies en el marco del plan de Cancillería apunta a “colaborar en una gestión descentralizada de los asuntos humanitarios”.

Ramon Mayorga Mc Donald es abogado académico de la carrera de Derecho UMAG, y también candidato a doctor en Derecho por la Universidad Austral de Chile y a doctor en Derechos Humanos, Democracia y Justicia Internacional por la Universidad de Valencia (España).

Días dramáticos y convulsionados vive la sociedad afgana durante las últimas semanas luego de que los talibanes tomaran nuevamente el poder en el país de Asia del sur. Y es que ante el temor que la retirada de las tropas estadounidenses -como se anunció-, haga recrudecer el conflicto político que por décadas enfrenta su población, miles de familias se han aglomerado en el aeropuerto de Kabul para ser parte de las evacuaciones humanitarias que están teniendo lugar con el fin de salvaguardar vidas.

Este complejo escenario hizo reaccionar a gran parte de la comunidad internacional, entre ellos, al Estado Chileno, que anunció, a través de la Cancillería la iniciativa de recibir a cerca de 300 refugiados provenientes de Afganistán vinculados con la comunidad de dicho país en Chile. Una acción de acogida de la que no sólo hizo eco el gobierno central, sino también el de la región más austral, con un plan para dar asilo a posibles refugiados, impulsado por el gobernador de Magallanes, Jorge Flies Añón.

Al respecto, el académico del Departamento de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Magallanes, Ramón Mayorga Mc Donald, se refirió a la iniciativa de la nueva autoridad regional, planteando “se trata de una iniciativa valiosa y además respetuosa de la asignación de competencias que en materia de relaciones exteriores y aplicación de la normativa sectorial migratoria corresponden al Gobierno a nivel central”, lo que lleva a sostener que “como está planteado, me parece que Magallanes puede implementar un proyecto humanitario de estas características”.

¿Cómo evalúas el involucramiento de Chile en el tema humanitario con las y los refugiados de Afganistán en términos jurídicos y de derechos humanos?

Ninguna sociedad está libre de enfrentar, en algún momento de su historia, acontecimientos dramáticos que obliguen a desplazarse a causa de la naturaleza o el ser humano. Es por ello que la mayoría de los Estados han coincidido en la necesidad de ofrecer una protección especial a solicitantes de asilo y refugiados. Sin duda que la actitud proactiva de las autoridades nacionales y regionales es positiva. Es un involucramiento que sintoniza con la idea de ofrecer una solución sostenible y solidaria al fenómeno del refugio en el mundo, donde cada Estado y cada territorio puedan aportar un granito de arena a la hora de brindar protección a quienes enfrentan una situación tan dramática, y no sobrecargar solo a algunos países en esa tarea.

La iniciativa del Gobierno central, de acoger a cerca de 300 ciudadanos afganos es una política humanitaria que, a decir verdad, va más allá de lo abiertamente exigido por los compromisos internacionales adoptados por Chile en materia de protección de los derechos humanos. Estos compromisos, en el caso chileno, datan del año 1972, cuando se ratifica y entra en vigor la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, a la que se han ido sumando paulatinamente otros instrumentos como la Declaración de Cartagena sobre Refugiados, y más recientemente el Pacto Mundial sobre los Refugiados.

¿Se condice esta respuesta del Estado Chileno con las políticas migratorias actuales o la manera en que el país afronta la llegada de extranjeros buscando mejores condiciones de vida?

Me parece que la reacción del Estado chileno frente a la situación actual del pueblo afgano, una reacción solidaria y proactiva, ha sido distinta a la reacción que ha adoptado frente a otros fenómenos de movilidad humana recientes en nuestro país, y particularmente del desplazamiento forzado.

Hay que tener presente que el Derecho Internacional de los Derechos Humanos no aborda de la misma manera el fenómeno del asilo y refugio que la llamada migración económica, que forma parte del fenómeno del desplazamiento “voluntario” (entre comillas, porque finalmente un porcentaje bastante bajo del total de la inmigración se produce de manera plenamente voluntaria). En este sentido, las exigencias de protección de personas que huyen de la violencia y la violación masiva de derechos humanos son mayores a las exigencias de protección de quienes lo hacen simplemente en búsqueda de mejores oportunidades laborales.

Sin embargo, Chile es un país que acoge o aprueba una cifra bastante baja de solicitudes de asilo. Han existido algunos planes humanitarios con éxito relativo en la historia reciente, bastante acotados, para recibir a refugiados de la ex Yugoslavia, de Palestina, de Siria. No obstante, de miles de solicitudes presentadas en los últimos años, mayoritariamente por ciudadanos venezolanos, colombianos y cubanos, se han acogido apenas algunos cientos de ellas, siendo la mayoría rechazada en etapas muy tempranas del procedimiento. Los tribunales de justicia han ordenado, en muchos casos, a la autoridad migratoria dar cabal tramitación a los procedimientos, porque no siempre se han ajustado a la lo que dispone la ley, particularmente la Ley Nº 20.430 de 2010, que regula esta materia a nivel interno.

¿En qué medida Magallanes está preparado para afrontar un plan de estas características?

En particular, respecto al Programa Humanitario de Acogida propuesto por la nueva máxima autoridad regional, me parece que se trata de una iniciativa valiosa y además respetuosa de la asignación de competencias que en materia de relaciones exteriores y aplicación de la normativa sectorial migratoria corresponden al Gobierno a nivel central. En los términos planteados por el Programa, me parece que Magallanes puede implementar un proyecto humanitario de estas características, pensando en que se trata de una iniciativa ajustada a la escala de la región, con un pequeño número de familias que, además, tienen en muchos casos vínculos familiares con residentes en Chile.

Magallanes es una región que en definitiva se ha forjado a partir de la diversidad, de una multiplicidad de orígenes nacionales y no sería la primera vez que se integran a nuestra sociedad ciudadanos de naciones lejanas y diversas culturalmente. La integración de dichas comunidades, que eventualmente pasen a formar parte de nuestra sociedad, debe producirse en términos bidireccionales: los nuevos miembros deben procurar adaptarse a ciertos aspectos de nuestra realidad social (como el dominio del idioma, por ejemplo), y de la misma manera nosotros, como sociedad de acogida, debemos procurar acoger a estos nuevos miembros, valorando su diversidad y su aporte a la construcción de una vida en común.

Las medidas planteadas por el Gobierno Regional, a tu juicio ¿irían en la línea correcta? ¿Habría algo más que hacer al respecto?

Me parece valorable que el Gobierno Regional, en la nueva etapa iniciada tras la implementación de las reformas descentralizadoras, se involucre en iniciativas como esta, que en este caso además sintoniza con lo propuesto por el Gobierno a nivel central, a través de Cancillería. Pese a que la toma de decisiones en materia de políticas migratorias, y políticas de asilo y refugio corresponde al nivel central, creo que forma parte del nuevo paradigma de la descentralización y contribuye a un manejo equitativo territorialmente de situaciones como esta, el que los Gobiernos Regionales hagan uso de las facultades que la ley les ha asignado para colaborar en una gestión descentralizada de los asuntos humanitarios. En este sentido me parece que el Programa apunta en la dirección correcta, e idealmente sería esperable que no solo nuestro Gobierno Regional en esta materia particular, sino que todos los demás adopten también medidas que contribuyan a potenciar la vigencia de los derechos humanos de cada habitante de los territorios regionales.

Tú planteas que, a nivel nacional, la temática del refugio es muy desconocida, ¿a qué crees que se debe esta situación? ¿Pasa porque estamos un poco al debe con este sistema de protección internacional?

Efectivamente, la temática del asilo y del refugio es poco conocida en Chile, puesto que a diferencia de otros países nos encontramos lejos de las principales zonas de conflicto bélico en el mundo, donde la necesidad de huir para salvaguardar la propia vida e integridad es pan de cada día para miles de personas. Sin embargo, no se trata de una realidad ajena. Como mencioné antes, nuestro país se ha vinculado a través de instrumentos internacionales en la materia, y también desde el año 2010 contamos con una legislación propia sobre refugiados (Ley Nº 20.430). Pese a que, en la práctica, la mayoría de las solicitudes para acceder a la calidad de refugiado son desestimadas por las autoridades, en Chile tenemos refugiados procedentes no solo de lugares como Palestina o Siria, sino que de países como Perú, Colombia, Cuba o Venezuela, producto de los conflictos con la guerrilla, o las violaciones a los derechos humanos de los regímenes dictatoriales que gobiernan algunos de esos países.

Estamos al debe a la hora de transmitir exitosamente a la comunidad en general que la protección internacional de los derechos humanos no es patrimonio de ningún sector político ni ideología, sino que es un mecanismo que contribuye a que todos vivamos en un mundo más civilizado, donde se asegure el mínimo de dignidad que corresponde exigir por parte de todas las personas por el solo hecho de serlo, sin distinción de origen nacional ni étnico, religión, sexo ni género, orientación sexual, edad o capacidades físicas, entre otros.

Estamos también al debe a la hora de desarrollar la empatía y ponernos en el lugar de personas que viven realidades realmente dramáticas, muy alejadas de la mayormente tranquila existencia que respiramos en Magallanes. Medidas como las propuestas por el gobierno a nivel nacional y regional con relación a la población afgana gozan de bajos niveles de popularidad, como sucede en general con las medidas que se dirigen a proteger los derechos básicos de las comunidades migrantes. Debemos recordar que ninguna sociedad está libre de enfrentar, en algún momento de su historia, acontecimientos dramáticos causados por la naturaleza o el ser humano.

Para ilustrar esto, invito a recordar aquello que, de una manera escalofriantemente cierta, canta Caetano Veloso junto a Jorge Drexler en el tema musical “Bolivia”: “y el péndulo viene y va, y vuelve a venir e irse, y tras alejarse vuelve, y tras volver se distancia… y cambia la itinerancia, y los barcos van y vienen, y quienes hoy todo tienen, mañana por todo imploran… y la noria no demora, en invertir los destinos, en refrescar la memoria”.