Magistrada Lidia Poza.

Cómo se construye la identidad de género, cuales son los principales conceptos involucrados y cuáles son las diferencias entre igualdad y equidad, fueron algunos de los tópicos que abordó la jueza y presidenta de la Asociación de Magistradas de Chile, Lidia Poza Matus, en el seminaio taller “Género y Justicia”, dirigido a funcionarias del sector público y privado de Magallanes.

La jornada fue organizada por la Ilustre Municipalidad de Punta Arenas y la Universidad de Magallanes con el objetivo de profundizar en el análisis del tema desde una perspectiva de derechos humanos; una “materia imprescindible”, a juicio de la destacada la profesional, quien hizo hincapié en que “si nosotros logramos cambiar el derecho y logramos cambiar los estereotipos de género, o, por último, reconocer que estos existen, estamos contribuyendo a que los operadores de políticas públicas los apliquen”.

Lidia Poza, con una vasta experiencia en tribunales y también en su rol gremial, afirmó, en la oportunidad, que “es importante hablar de lenguaje simbólico, de violencia en los medios de comunicación, de educación respecto de niños y niñas, de qué pasa con las mujeres adultas mayores en relación con su discriminación especial, lo que marca un antes y un después en lo que es la comprensión de una perspectiva de género clara”.

La docente Ximena Soto dio la bienvenida a la jornada realizada en la UMAG.

Desde tu área, que es la Justicia ¿cómo ha sido avanzar en poner estos temas en la discusión?

“Tenemos muchos problemas internos en el sentido de asumir a los cargos superiores porque somos discriminadas, efectivamente, pero hay una cuestión que para nosotros es muy trascendente y que es la aplicación de la ley. Es muy distinto aplicar la ley normativa formal con perspectiva de género, porque cuando tú aplicas la perspectiva de género como herramienta de interpretación legal, te das cuenta que la realidad es distinta”.

¿Puedes dar un ejemplo?

“En Coyhaique, hace unos años atrás, una mujer mechera que robaba en los supermercados, cayó a la cárcel. La pena que le correspondía era baja y, por lo tanto, la dejaban pernoctando en la noche, pero cada tanto no llegaba. Entonces la ley, lo que exige en esos casos, es hacerle un juicio por quebrantamiento y esa mujer tenía que cumplir los tres años de pena metida adentro.  Qué paso. Esta mujer tenía hijos pequeños, mayores de dos años -porque hasta dos años los pueden tener en la cárcel- y no tenía con quien dejarlos, le fallaba la red de apoyo, y ella se quedaba cuidando a sus hijos arriesgando que la fueran a buscar después para ir a la cárcel.

De esta forma, la Corte, en una sentencia muy interesante -porque además fue dictada por varones- decidió que a esa mujer no se le podía aplicar esa norma, porque tenía esa situación especial que tenía que ver con los derechos fundamentales de un niño y esos derechos, versus el derecho de la sociedad a sancionar, tenía que ser aquilatado de manera distinta. Eso, es juzgar con perspectiva de género”.

¿Cómo crees que va progresando Chile en esta materia y, en general, en la perspectiva de género?

“Tengo una mirada muy crítica en general de la sociedad, pero también muy esperanzadora. Estoy segura que una mujer que esté informada, es una mujer que va a estar empoderada y también una mujer que puede cambiar las cosas. Este es un país en que no hay analfabetismo, pero hay un déficit de contenidos de educación, entonces yo creo que, en este minuto, nosotros tenemos todo el material humano para hacer este cambio. Si tú hablas con la gente joven tienen mucho más, naturalmente, incorporada esta ‘no diferencia’ entre hombres y mujeres, pero todavía no veo en los consultorios los muchachos llevando al médico a sus niños, porque no les dan permiso en la pega, porque se van a reír de él, etc. ¡no porque no quieran llevarlos! Y es porque aparece más natural que las mujeres lo hagan”.