Estudiantes de Pedagogía en Educación Diferencial afianzaron neurofunciones mediante actividades

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Por Patricio Piña Fernández, Comunicaciones UMAG

Fotografías: Pedagogía en Educación Diferencial

-  “Teoría y Desarrollo de la Lectoescritura” es la asignatura en la que 11 alumnos desarrollan habilidades metalingüísticas para el desarrollo de la lectoescritura.

En el contexto de la asignatura “Teoría y Desarrollo de la Lectoescritura”, que es realizada por la profesora Inés Barassi, un total de 11 estudiantes de segundo año de la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial realizaron una transferencia, desde la teoría a la práctica, con dos actividades programadas.

La primera fue una planificación del diseño de actividades lúdicas para afianzar las neurofunciones en el contexto de la lectoescritura. En este punto las y los alumnos planificaron actividades y juegos para cada una de las neurofunciones con el objetivo claro de que con ello se afianzara la función básica correspondiente.

Posteriormente, escogieron y expusieron tres de las propuestas planificadas con material educativo concreto, luego de la explicación correspondiente para su uso y la respectiva entrega de instrucciones para desarrollarla. En ese sentido, se destacó el “profesionalismo” con el que desarrollaron la propuesta de materiales educativos para las neurofunciones.

Entre los contenidos de esta asignatura están las habilidades metalingüísticas para el desarrollo de la lectoescritura, las que se concretan en tres niveles: Conciencia Léxica, Conciencia Silábica y Conciencia Fonológica. El objetivo es que deben conocer y comprender el concepto, en donde se contextualiza, para posteriormente, aplicarlos a través del diseño de material educativo y finalmente, exponerlo con la simulación de los demás compañeros y compañeras de curso.

“En base a lo anterior, hubo materiales educativos relacionados con la conciencia fonológica como, por ejemplo, la ruleta con imágenes que comienzan con vocales, bingo con el sonido inicial; y para conciencia léxica estaba el panel para asociar imágenes de elementos con una figura como chupete-bebé o verano-helado, discriminando entre otros objetos que se adherían con velcro”, expresó Inés Barassi, académica que imparte la asignatura.

Mientras que para la conciencia silábica, profundizó que “se realizaron variados materiales como reconocer las sílabas de una palabra que estaban marcadas en tapas de botellas, colorear círculos para dar palmadas según el número de sílabas que contenga la palabra, escribir la sílaba inicial de cada imagen para formar una nueva palabra y observar las sílabas que tiene. Todo ello se pondrá en práctica con estudiantes, posteriormente, con el propósito de visualizar su aplicación y concreción”.

Visión de estudiantes

En cuanto a los principales aprendizajes que obtuvieron, Sebastián Velásquez, explicó que estuvieron relacionados con “conocer el origen y el significado de la lectoescritura para continuar con formulaciones de ejercicios y actividades concretas que ayuden a mejorar y desarrollar la lectoescritura”.

Consultado acerca de los principales desafíos, detalló que estos se vinculan con “enseñar la lectoescritura a estudiantes con capacidades distintas, ya que es un mundo mucho más complejo y distinto. Ya de por sí es un reto enseñarles a un alumno que tiene un aprendizaje regular”.

Adjuntamos algunas imágenes de la actividad a continuación: