Como exitosa calificaron segunda expedición a Cordillera Darwin

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Fotografía de Bernardo Segura.

Cumpliendo con las expectativas que tenían de este nuevo viaje, retornaron recientemente a Punta Arenas los investigadores de distintas universidades que por segunda vez en este año, se adentraron en la Cordillera Darwin para estudiar el pasado climático a través del retroceso de los glaciares.

La expedición, integrada por nueve científicos y estudiantes de la Universidad de Magallanes, la Pontificia  Universidad Católica de Chile y el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), estuvo cerca de dos semanas en las inmediaciones del Fiordo Parry, ya que en ese lugar decidieron instalarse esta vez para aplicar diversas técnicas investigativas que les van a permitir reconstruir el clima de los últimos diez mil años.

El investigador de la Umag, Juan Carlos Aravena junto a la estudiante de Geografía de la UC, Emilia Fercovic, continúan en el estudio de anillos de árboles. Crédito foto: Nicole Saffie.

De acuerdo a lo señalado por el investigador de la Universidad de Magallanes, Dr. Juan Carlos Aravena, “la experiencia, que ha sido exitosa, nos muestra que lo que tenemos que hacer es ir varias veces a zonas que elegimos con mayor potencial de acuerdo a la evidencia  que buscamos conseguir. Y eso es lo que estamos  haciendo. Ya van cuatro expediciones  y pensamos ir otras más; la idea es que al final podamos responder todas las preguntas y ver cuáles son las hipótesis más respaldadas”.

Aravena, gracias a un Fondecyt, está recabando información respecto a los anillos de los árboles y que realiza con la colaboración de las estudiantes de la UC, Inés Dusaillant y Emilia Fercovic.

Cecilia Pérez, del IEB, complementa esta investigación con el estudio del suelo en relación al ciclo de nutrientes existente en ambientes periglaciares. Planteó, en esta oportunidad, que el objetivo fundamental era realizar experimentos sobre la fijación biológica del nitrógeno, lo cual se cumplió exitosamente. Esto, les permite desde ahora, estar capacitados para dimensionar la velocidad a la que se incorpora el nitrógeno elemental al ecosistema.

Una contribución importante al tema de estudio es la labor que lleva adelante también el profesor del Instituto de Geografía de la Universidad Católica, Esteban Sagredo, quien se ha encargado de indagar acerca de las fluctuaciones glaciares. Respecto a la expedición dijo que el trabajo interdisciplinario en su ámbito de estudio, que es el Paleoclima, se vuelve fundamental.

Esteban Sagredo (de azul), profesor de Geografía UC, y Scott Reynhout, estudiante de doctorado de la U. de Chile. Crédito foto: Nicole Saffie

“Esta expedición fue exitosa, logramos  hacernos una primera impresión del área, pudimos identificar varios avances glaciares a través de las evidencias que dejaban en el terreno y nos dimos cuenta que era una área muy fácil para trabajar desde el punto de vista de aplicar diversas técnicas para  lograr determinar cuánto los glaciares se movieron en el pasado”.

La investigación realizada por Sagredo, hasta el momento, permite afirmar que  el glaciar Schiaparelli en el Monte Sarmiento habría tenido un avance importante hace unos dos mil años, sepultando un bosque de Nothofagus (familia que agrupa a lengas, coigües y robles, entre otras especies). En ese período el glaciar era al menos 2 km más extenso que en la actualidad.