Desarrollan tecnologías para minimizar impacto de la contaminación en la Antártica

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Nuevamente, la cooperación científica entre Chile y Argentina con investigadores de la Universidad de Magallanes y la Universidad de Buenos Aires, permitirá contribuir al cuidado del territorio antártico y su medio ambiente.

El interés por investigar la Antártica ha hecho que la intervención humana en este continente se haya ido incrementando con el pasar de los años, y se haga más necesario el control de su impacto en el Medio Ambiente, por tratarse de un territorio que es único y frágil en el mundo.

Bien lo saben los docentes del Departamento de Ingeniería Química de la casa de estudios regional, Claudio Gómez y Nancy Calisto, quienes, en un esfuerzo con el Convenio Gaia Antártica de la UMAG y el INACH, organizaron un seminario sobre “Tecnologías para el Cuidado del Medio Ambiente Antártico”, para abordar las posibles soluciones a dos problemas de contaminación en el continente helado: los pequeños derrames de petróleo sobre el suelo y las aguas residuales.

La instancia, además, fue una oportunidad para dar a conocer un proyecto en esta materia, fruto de la colaboración de los investigadores locales con el desarrollo de sistemas de tratamientos de aguas residuales y la Universidad de Buenos Aires y el Instituto Antártico Argentino a través del Dr. Lucas Ruberto que posee más de 10 años de experiencia en la biorremediación de suelos contaminados en la Antártica.

En la mirada de Verónica Vallejos, Jefa del Departamento de Concursos y Medio Ambiente del INACH, “el que existan estos avances, ayuda muchísimo, porque ya te muestra una nueva gama de posibilidades, nuevas tecnologías, que si son manejables económicamente hablando, el beneficio es claro, y tenemos que poder implementarlas”. Sin embargo, hace hincapié en que se debe trabajar más en la prevención de estos problemas porque, a su juicio, “seguimos siendo muy reactivos”.

Tecnologías y resultados

Claudio Gómez afirmó que ha habido buenos resultados en los estudios y que, lo que esperan ahora, es buscar tecnologías más robustas y seguras depara esta planta de tratamiento de aguas residuales, que consideren en el sistema de mejoramiento medioambiental de la Antártica.

“El agua residual es un problema y, por estar allí, la producimos. Se supone que está prohibido llevar vida que no es de la Antártica a la Antártica. Entonces las aguas residuales podrían llevar ciertos microorganismos que no existen allí. Si esto es grave o no, no lo sabemos; debemos estudiarlo y evitarlo”, concluyó Gómez, resaltando la importancia de tener esta mirada con Argentina y de la contaminación del suelo.

Al respecto, el Dr. Ruberto, planteó que la biorremediación permite remover casi 80% de los hidrocarburos presentes en el suelo antártico en verano, con lo que se estaría brindando una herramienta que permite recuperarlo y, de paso, solucionar el problema de este tipo de contaminación en la Antártica. Junto a ello, dijo que se evaluará la posibilidad de aplicarlo también a otras partes de la Patagonia si fuera necesario.