Cristián Figueroa, Jefe regional INDH: “A los derechos humanos no puede dárseles un contexto”

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- A 45 años del golpe militar, la Universidad de Magallanes recordó a sus víctimas de la UTE, y revisó la historia de la Vicaría de la Solidaridad.


La piedra que sirve de base para la placa original que tenía la Universidad de Magallanes (UMAG) cuando era sede de la Universidad Técnica del Estado (UTE) en sus primeras dos décadas, se ha ido convirtiendo en un espacio significativo desde que se instaló en el campus central en 2013. Ese año se cumplían 40 años del golpe militar en Chile, y la institución quiso tener un hito especial como memorial, para recordar allí a quienes ya no están, como el ex alumno de la UTE, detenido desaparecido desde el 13 de septiembre de 1973, Silvio Francisco Bettancourt Bahamonde.

En este mismo lugar, la Unidad de Derechos Humanos y Ciudadanía de la UMAG realizó hoy un breve acto conmemorativo, en el que participaron estudiantes, académicos, funcionarios y asociaciones gremiales, para homenajear la memoria. Según Claudia Eterovic, académica e integrante de la unidad, “como institución hemos querido generar un espacio de recuerdo de aquellos funcionarios, trabajadores en general y estudiantes y egresados que sufrieron la violación de sus derechos humanos en distintas formas”. A su juicio, “es muy importante relevar ese origen y la filosofía que estaba detrás de la UTE; la participación, la triestamentalidad, la solidaridad, los trabajos voluntarios, toda esa base de valores y principios, creemos que tenemos que rescatarlos”, aseguró.

El aporte del Derecho

Por la tarde en la sala Terra Australis, el departamento de Ciencias Jurídicas y la sede regional del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) convocaron a la comunidad universitaria a ver el documental “Habeas Corpus”, que relata la historia de la Vicaría de la Solidaridad, grupo de trabajo creado al alero de la Iglesia Católica y compuesto, en su gran mayoría, por abogados que se dedicaron tanto al apoyo de familiares y víctimas de violaciones, como a la recopilación de información detallada y valiosa acerca de los vejámenes, en archivos que la UNESCO declaró patrimonio de la humanidad.

“Consideramos que el rol que jugó tanto la Iglesia como los especialistas que trabajaron en estos casos con las familias, fue un apoyo enorme; fue la única posibilidad de tener acceso a la información y, en el futuro esclarecer, los casos”, aseguró la directora interina del departamento de Ciencias Jurídicas de la UMAG, Margarita Makuc. “Es fundamental que la comunidad universitaria pueda conocer cómo una profesión se puso al servicio de la sociedad y, sobre todo, al servicio de la defensa de las personas”, reflexionó.

Cristián Figueroa, jefe regional del INDH, agregó que la motivación tras la exhibición de este documental es “esta amnesia generalizada que, de alguna manera, vivimos en el día a día, en la inercia, que nos hace muchas veces perder de vista los momentos difíciles que vivimos”. Figueroa afirma que “como Instituto, tenemos la convicción de que los temas de DDHH no se pueden relativizar; no puede dárseles un contexto particular, sino que son un flagelo que todos los Estados que somos parte de distintos tratados y convenciones internacionales, tenemos que enfrentar”. Al mismo tiempo, llamó a comprometernos todos con la justicia, “porque sin verdad no puede haber reconciliación y, por lo tanto, sobre todo hoy, que estamos viviendo una coyuntura con la Corte Suprema, tenemos que entender que el derecho internacional señala que cualquier conmutación o beneficio a las sentencias y a las penas que se están cumpliendo, no se pueden realizar si no hay efectivamente una colaboración con la justicia”, concluyó.