Investigadores extranjeros comprueban la pureza de las aguas de Puerto Williams

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-Estas conclusiones fueron el tema principal de un seminario que se realizó en la Universidad de Magallanes y en el que participaron profesionales de la misma casa de estudios y también de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP).

Desembocadura del Río Róbalo en el Canal Beagle, Puerto Williams. Foto: Gonzalo Arriagada.

Mediciones efectuadas por un equipo de profesionales provenientes de la Universidad de North Texas (UNT) en los ríos Ukika, Bronces, Róbalo y la Laguna Los Guanacos, entre otras fuentes de agua dulce de la austral ciudad de Puerto Williams, arrojaron lo que investigadores del Parque Omora, habían estado sosteniendo a partir de los primeros indicios científicos: que las aguas de esta zona son las más puras del planeta.

“Nuestros resultados confirman que estas aguas son limpias, de las más limpias que se registran en el planeta. De hecho, los instrumentos que utilizamos para estudiar los muestreos detectan hasta dos partes por millón de químicos en el agua, y aquí, no detectaron nada”, afirmó el investigador principal del equipo universitario y director del Laboratorio de Imagen de Espectrometría de Masas de la UNT, Dr. Guido Verbeck.

Dr. Guido Verbeck de la UNT.

Tras su expedición de diez días a la capital de la Provincia Antártica, el experto estadounidense regresó este lunes a la Universidad de Magallanes, acompañado del director del Parque Omora, Dr. Ricardo Rozzi, para dar a conocer ésta y otras importantes conclusiones del estudio, que, además de confirmar la pureza del vital elemento, sitúan a este territorio austral como “la única región del mundo donde puede haber una línea de base con cero contaminación en las aguas, la que puede utilizarse para ver lo que ocurre en el Hemisferio Norte y otras partes del mundo”, aseguró.

Según destacó el Dr. Rozzi, “esto es fundamental para el mundo, por dos razones: una, porque el agua es uno de los elementos más críticos en el siglo XXI en cuanto a su escasez y en comparación a la calidad existente en el Hemisferio Norte, donde hay lluvia ácida, por ende, contaminación, lo que da un valor muy alto al agua magallánica. Y segundo, porque pone a la Reserva de la Biósfera Cabo de Hornos como un laboratorio natural para lo que el Dr. Verbeck llamó una línea de base pre-industrial, que existe en lugares del mundo únicos como éste, es decir, que todavía no han sido afectados por el desarrollo industrial”.

Junto con ello, Rozzi valoró el propósito de la investigación de la comitiva internacional porque aseguró que lo que buscan -paralelo al tema científico propiamente tal- es poner a disposición la tecnología de punta que utilizan para ayudar a la comunidad a detecciones tempranas de contaminación, con el objetivo final de que se contribuya a una reacción rápida de parte de la industria y, así, al cuidado del Medio Ambiente.