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Investigación – Docencia – Vinculación con el Medio

18 de agosto del 2016

Director de Gaia Antártica trabaja como experto para futura Ley de Glaciares

…EXPERTOS TIENEN SERIOS REPAROS A PROYECTO DE LEY SOBRE PROTECCIÓN DE GLACIARES…

El proyecto de Ley elaborado por la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, ya fue derivado a la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja para continuar su tramitación. Entre los tres expertos consultados para su elaboración se cuenta el Director y fundador de Geoestudios, Dr. Cedomir Marangunic, quién junto al glaciólogo Dr. Gino Casassa, tienen observaciones de peso al proyecto. Ambos advierten “errores y falencias que harían de ésta una Ley ineficiente”.

Son muchas las observaciones que Marangunic y Casassa tienen respecto del “Proyecto de Ley de Protección y Preservación de Glaciares” que está en trámite, y como especialistas no dudan en querer advertir a tiempo las consecuencias de lo que podría ser una mala Ley.

-Uno de los aspectos que me preocupa mayormente, señala Marangunic, es que no existe ninguna disposición en el texto sobre qué hacer para conservar los glaciares, vale decir para mantenerlos en el tiempo, como tampoco respecto de quién es responsable de su conservación y de su protección. Considerando las investigaciones que se realizan en el mundo al respecto, e incluso en Chile, y en atención al actual escenario de calentamiento climático y rápido retroceso de los glaciares, esto parece una omisión regresiva.

Subrayan, también, que la definición de glaciar del proyecto difiere de las empleadas por organismos internacionales. Para Gino Casassa, el manto de nieve invernal puede ser confundido con un glaciar en el actual Proyecto, que de aplicarse afectaría actividades en montaña tales como caminos, mineras, áreas recreacionales, patrullaje fronterizo, etc. “Dicha definición tampoco incluye concepto alguno de la persistencia en el tiempo ni tamaño mínimo. Por ejemplo trozos de nieve o hielo que persistan pocos años, o menos de un año, también pueden ser considerados glaciares”, dice.

Y las observaciones suman y siguen; por ejemplo respecto del término “glaciar rocoso”.

Según la definición de glaciares rocosos del Proyecto, “éstos no se han encontrado aún en Chile”. En el texto propuesto, estos glaciares “están compuestos predominantemente por fragmentos de roca, sedimentos o materiales finos e intersticialmente por hielo… Sin embargo, en Chile los glaciares de rocas que han sido explorados mediante sondajes son todos del tipo “glacigénico”, vale decir contienen un núcleo de hielo que exhibe muy pocos detritos rocosos”. Por lo tanto, con la definición propuesta “no se podrían clasificar hasta explorarlos en profundidad, de modo que los glaciares de rocas chilenos quedan en un limbo sin poder ser clasificados ni inventariados”.

También les preocupa la definición de entorno de un glaciar (definido por una zona aledaña al glaciar que estará circunscrita por la totalidad de la cuenca glacial y hasta mil metros aguas debajo de su frente), que prohíbe numerosas actividades que se realizan en estos entornos: “por ejemplo sistemas de protección de avalanchas, trazados de caminos, instalaciones fronterizas, refugios científicos y de montañistas, navegación por grandes buques y pequeñas embarcaciones, y actividades productivas”, dice Marangunic.

-La protección debe incluir el entorno sólo en la medida que se demuestre que la actividad pueda afectar al glaciar –señala, y agrega: “Se define elentorno como un área superficial. Pero en el Art. 7° se agrega el subsuelo, sin dimensionarlo… ¿Hasta qué profundidad, me pregunto, hasta el centro mismo de la Tierra? En Chile, y en el mundo, son numerosos los túneles y socavones bajo glaciares.

Para Casassa un tema crucial es el potencial manejo de glaciares en situaciones de peligros naturales, como son por ejemplo los vaciamientos súbitos de lagos glaciales, fenómeno conocido en inglés como GLOF (Glacial Lake Outburst Flood).

-En el actual Proyecto no se podrá intervenir ningún glaciar ubicado en los parques nacionales, reservas nacionales y monumentos naturales, ni tampoco aquellos que serán declarados “reserva estratégica glaciar”. Esto significa que, en caso de peligro de un GLOF, no se podrá vaciar artificialmente un lago glacial, como ocurrió por ejemplo en 2010 con el glaciar Tete Rousse en los Alpes franceses, ubicado aguas arriba del poblado de Saint-Gervais de más de 5.000 habitantes, donde alrededor de 3.000 personas estuvieron en riesgo vital en el peor escenario de vaciamiento.

En esa oportunidad, gracias a un intenso de 24 horas, con equipos de perforación especializados y durante 4 semanas, se logró evacuar suficiente agua y reducir la presión hidráulica a la mitad, disminuyendo el inminente peligro. “Tampoco se podría intervenir un glaciar para evitar su deslizamiento catastrófico, indica Marangunic, como el ocurrido en 1980 al glaciar del Aparejo que, de haberse extendido algo más, hubiera alcanzado el embalse del río Yeso con un potencial efecto en el Cajón del Maipo y el área sur de Santiago”.

“En fin, lo que pretendemos es advertir a tiempo la ocurrencia de ciertos errores que pudieran entorpecer la aplicación de una Ley a todas luces necesaria, para convertirla en una Ley en real beneficio de los propios glaciares y de su conservación, y de todos los chilenos”, concluye Marangunic.

Fuente: Prensa de Geoestudios

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