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Centro de Investigación GAIA Antártica


Investigación – Docencia – Vinculación con el Medio

18 de agosto del 2016

Océanos y mares

…Columna de Opinión en La Prensa Austral del Director alterno del CD Gaia -Antártica, Prof. Alfredo Soto O…

Nuestro Hemisferio Sur es conocido también como el Hemisferio Marítimo por contar en sus componentes más agua de los océanos que tierras continentales, no así el Hemisferio Norte que representa la mayor cantidad de tierras y menos de agua. Recién el año 1972 en una de las misiones al espacio del Programa Apolo, efectivamente el Apolo 17 fotografió a nuestro Planeta a una distancia aproximada de 45.000 kilómetros y obtuvo una de las imágenes más famosas de nuestro hogar llamado Planeta Tierra, desde ese entonces se le conoció como “La Bocha o Canica Azul” que no dejó lugar a dudas sobre el predominio del agua en nuestro Planeta, pues cubre más de sus dos terceras partes o un 71%.

En el sentido estricto de la palabra lo que es agua en nuestro planeta se le conoce como Hidrosfera que es la capa de agua de la Tierra, y que incluye todo lo que contiene este elemento, bien en estado líquido como sólido. Los océanos y mares representan el 94% de  toda el agua del Planeta. Es agua salada y amarga debido a la gran cantidad de sales minerales procedentes de los suelos que durante millones de años han realizado los ríos y las lluvias. Sorprendentemente, los ríos, los lagos y el vapor de agua del que están formadas las nubes sólo representan el 0,3% del total, muy por debajo de lo que suponen los glaciares que poseen el 1,7% y las aguas subterráneas que conllevan el 4% restantes. Existe hoy día y aunque sea majadero pero creo que me corresponde a través de esta tribuna ilustrar a los lectores acerca de la importancia del agua en general pero por sobre todo a la salud de los mares y océanos de nuestro Planeta. Somos una ciudad marítima con historias y mucha cultura que de pronto vemos sólo ese “mar que tranquilo nos baña” como parte de nuestro entorno sin saber siquiera la importancia que tiene en cuanto a que sus grandes mantos azulosos y tormentosos tienen la grata misión de absorber el CO2 que inunda nuestra atmósfera global. No es grato darnos cuenta que los mares y océanos que nos circundan se han comportado como esa alfombra que esconde la basura de la que no queremos molestarnos en recoger. Los océanos han ido retirando el CO2 de la atmósfera y se estima que un tercio del total de las emisiones de este gas producidas por las actividades humanas, por lo que en virtud de esto mecánicamente y casi sin saberlo ha reducido los niveles de los gases de efecto invernadero antropogénico (provocado por las actividades humanas) y por lo tanto señores nuestro mar que está aquí al frente nuestro y que conecta los océanos más importantes del mundo han evitado que el Planeta se haya calentado más de lo que ya lo ha hecho. Ahora el hecho de que los océanos reciban esta carga de CO2, este reacciona en el mar produciendo ácido carbónico y si estos niveles se superan tiene como consecuencia la acidificación de los mismos y por ende influye en la formación de las partes duras de muchos seres vivos marinos como caracoles, corales, ostras, cholgas, choros, cangrejos, langostas, centollas, etc. no pueden desarrollarse adecuadamente lo que compromete su viabilidad y su capacidad de reproducirse. Esto ocasionaría una reacción en cadena, porque estos seres marinos forman la base de la pirámide alimentaria de mares y océanos y sirven de alimento a especies de mayor tamaño, por lo que si su cantidad disminuye también lo harán todas aquellas especies que dependen de ellas.

Junto con esto se agrega la cantidad de basura que se acumula en los océanos. Recientemente recibí una noticia del problema que representa el plástico en el mar y de la Gran Mancha de Basura del océano Pacífico -una vasta isla de residuos semi-disueltos dos veces más grande que el tamaño de Francia. Es una alerta de la que todas las comunidades, aquellas más cercanas a las actividades marítimas y las no tan asociadas deberían tomar en cuenta y no esperar que nuestras costas, nuestros pingüinos y hermosas aves que nos visitan temporada tras temporada se vean afectadas y por sobre todo evitar entregar a nuestros hijos mares y océanos moribundos o lisa y llanamente muertos.

El llamado es a los educadores, biólogos, pescadores, servicios marítimos, hacerse parte del cuidado y de toda la sociedad a enterarse de estos nuevos problemas de salud de nuestro planeta que como una enfermedad silenciosa va ganando superficie y nosotros metidos en la vorágine de nuestras ciudades no nos damos cuenta de lo que está ocurriendo en este mar que tranquilo te baña y que te promete un futuro esplendor.

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