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Centro de Investigación GAIA Antártica


Investigación – Docencia – Vinculación con el Medio

25 de junio del 2014

Buscando indicadores de la variación del clima en miles de años, a través del estudio de los retrocesos y avances de los glaciares

Tres miembros de la expedición científica subieron al glaciar Schiaparelli para recuperar los datos de una estación climática que se había instalado allí en 2013.

(Publicado 22/06/2014 en el diario El Magallanes) “Si sabemos donde estuvieron los glaciares hace miles de años y lo comparamos luego con lo que está pasando ahora, podemos tener una indicación de cómo ha variado el clima en esta zona durante todo este tiempo”, es la pregunta de fondo de un estudio científico que se está realizando en la cordillera de Darwin, según señaló Juan Carlos Aravena, investigador responsable del proyecto, e investigador del convenio Gaia Antártica de la Universidad de Magallanes.

La iniciativa busca medir los avances y retrocesos de hace décadas, siglos y hasta miles de años en los glaciares de este cordón montañoso cubierto por campos de hielo, cuyo nombre es en memoria del naturalista inglés Charles Darwin.

Se tomaron muestras de árboles vivos para estimar las edades de formación de las morrenas (depósitos de sedimentos y rocas en los bordes de los glaciares) y para reconstruir el clima registrado por los anillos de crecimiento de los árboles.

Se tomaron muestras de árboles vivos para estimar las edades de formación de las morrenas (depósitos de sedimentos y rocas en los bordes de los glaciares) y para reconstruir el clima registrado por los anillos de crecimiento de los árboles.

Esta cordillera se sitúa íntegramente en el Parque Nacional Alberto de Agostini en el extremo sur de Magallanes, siendo el tercer parque de su tipo más grande del país y con una superficie de 14.600 kilómetros cuadrados.

Los campos de hielo que cubren sus montañas albergan un gran número de glaciares y fiordos, los que hace más de 20.000 años ocupaban todo el Estrecho de Magallanes hasta la segunda angostura.

De ahí la importancia que reviste para esta investigación el estudio del avance y retroceso de los glaciares, ya que esto permitiría conocer más la historia climática del cordón montañoso, en comparación a la situación actual, en la que hay un retroceso progresivo de los hielos producto del calentamiento global.

INVESTIGACION DE CUATRO AÑOS

El proyecto científico comenzó en 2013 y se extenderá hasta el año 2016 gracias al financiamiento de Fondecyt. Juan Carlos Aravena es el investigador responsable, mientras que los co investigadores son Sergio Rivera del Centro de Estudios Científicos de Valdivia y Jacobus Le Roux del departamento de Geología de la Universidad de Chile.

Juan Carlos Aravena se integró como investigador a la Universidad de Magallanes en enero  de 2014, a través del Programa Gaia Antártica. Sus líneas de estudio abarcan áreas como la paleoecología, variabilidad climática del pasado, dendroecología y dendroclimatología.

Los esfuerzos también estuvieron focalizados en conseguir registros de rocas para tener una idea de hace cuánto tiempo se formaron las morrenas, producto del avance de los glaciares.

En 2013 realizaron la primera expedición científica hacia la cordillera Darwin, mientras que en abril de 2014 se hizo la segunda con un equipo internacional de 12 investigadores: Emilia Fercovic, Esteban Sagredo y María Pía Guzmán del Instituto de Geografía de la Universidad Católica; Scott Reynhout, Universidad de Cincinati, Estados Unidos; Jorge Arigony Neto, Universidad Federal de Río Grande, Brasil; Eñaut Izagirre (País Vasco) y Pamela Soto, estudiantes Magister en Ciencias Antárticas UMAG; Inti González, geógrafo investigador CEQUA;  y Ricardo Jaña del Instituto Chileno Antártico INACH.

EVIDENCIA CLIMATICA

Se eligió la cordillera de Darwin ya que es una área rica en fuentes preservadas de evidencia paleo climática (bosques, sedimentos de lagos, turberas y registros volcánicos), sin embargo hay poca información disponible sobre las fluctuaciones de los glaciares en la última etapa del periodo Holoceno (los últimos 10 mil años).

La investigación propone una combinación del análisis de los anillos de los árboles, más el estudio de radiocarbono en suelos y tefras volcánicas, con el fin de desarrollar una cronología de los glaciares de décadas y siglos.

El objetivo principal es contribuir a la reconstrucción de las variaciones glaciares en este cordón montañoso, ya que sus condiciones permiten estudiar patrones de comportamiento bajo diferentes ambientes climáticos y escalas de tiempo.

La expedición científica embarcando sus provisiones y equipamiento en Bahía Mansa en abril de 2014, en su más reciente viaje a la cordillera Darwin.

Para observar las últimas décadas de fluctuaciones glaciares se usarán fotos aéreas y satelitales, más imágenes de alta resolución facilitadas por estudios geofísicos del Centro de Estudios Científicos (CECS) de Valdivia, Región de Los Ríos. En tanto, los fiordos cercanos también serán inspeccionados con análisis batimétricos.

Mientras, para estudiar las variaciones de los glaciares en los últimos siglos, se emplean métodos dendroglaciológicos para estimar la edad de las morrenas (depósitos de sedimentos y rocas en los bordes de los glaciares) más otras formaciones de suelo.

El análisis de los anillos de los árboles (dendrocronología) permitirá a los científicos reconstruir la variabilidad climática de los últimos 400 a 500 años, tomando muestras de la especie arbórea Nothofagus betuloides, el coigüe de Magallanes.

Por último, para las variaciones glaciares de los últimos miles de años, se usan análisis estratigráficos y sedimentológicos de los depósitos de materiales glaciares y no glaciares dentro del sitio de investigación.

EXPEDICION

En abril de 2014, el grupo realizó su expedición hacía la cordillera Darwin. “Estuvimos visitando el glaciar Schiaparelli con tres grupos que tenían distintos objetivos. Un grupo pudo subir al glaciar mismo, integrado por el colega brasileño Jorge Arigony Neto que estuvo ahí participando con un estudiante de magister Eñaut Izagirre y el investigador del Cequa, Inti González. Los tres pudieron subir al hielo, recuperar los datos climáticos de la estación que se había instalado ahí (en 2013), hacer algunas mediciones sobre el hielo y estimar cuanto se había derretido el hielo en el último año, un dato muy interesante, ya que encontraron una bajada en la superficie del glaciar como de nueve metros, eso no se sabía y es un dato muy interesante para nuestro trabajo”, comentó Juan Carlos Aravena.

El equipo de investigadores captados en el Instituto de la Patagonia de la UMAG, un día antes de su salida al Monte Sarmiento: Ricardo Jaña, Inti González, Jorge Arigony Neto, Eñaut Izagirre, Juan Carlos Aravena, Esteban Sagredo, Scott Reynhout, Emilia Fercovic, Pamela Soto y María Pía Guzmán.

“El otro grupo estuvo integrado por un colega de la Universidad de Cincinati y de la Universidad Católica de Santiago, más un estudiante de geografía de la Universidad Católica de Santiago. Estuvieron focalizados en conseguir registros de rocas, ubicadas en las morrenas que formó el glaciar, para tener una idea de hace cuánto tiempo se formaron esas morrenas producto del avance del glaciar Schiaparelli”, explicó.

“Además encontramos sitios (turberas) para hacer perforaciones de acumulación de sedimentos, lo que nos da una referencia de hace cuánto tiempo se demoraron en formarse esas turberas, las que también indican hace cuanto tiempo que el glaciar no ha avanzado más allá de la posición que marcan”.

Añadió que “El tercer grupo lo integramos con Pamela Soto, una estudiante de Magister de la UMAG y Pía Guzmán, estudiante de Geografía de la Universidad Católica. Nosotros nos dedicamos a conseguir muestras de árboles vivos sobre y por delante de las morrenas. En eso nos fue muy bien ya que conseguimos buenos registros para poder estimar las edades de formación de las morrenas, pero además para reconstruir el clima registrado por los anillos de crecimiento de los árboles que pueden llegar a cientos de años. Después se hizo una exploración por el fiordo Martínez y visitamos el glaciar Pagels, también con muy buenos resultados, por tanto se puede decir que fue una investigación exitosa en todos los términos”.

“La zona en la que estuvimos ahora, es básicamente el área de influencia del monte Sarmiento, uno de los montes más emblemáticos de la región. Está en el extremo oeste de la cordillera y yo diría que es la zona más húmeda y fría, ya que recibe todos los vientos y la lluvia que vienen del oeste, lo cual determina que el monte mismo sea una tremenda masa de hielo y que hayan muchos glaciares saliendo en todas las direcciones”.

VARIACION CLIMATICA

El investigador recalcó que “El objetivo es estudiar cómo han variado los glaciares, en escalas muy recientes de cientos de años y anteriores de miles de años, en distintas escalas temporales. La pregunta de fondo es poder usar estos glaciares como indicadores del cambio climático, es decir, si sabemos donde estuvieron los glaciares en esta escala de miles de años hasta lo que está pasando ahora, podemos tener una indicación de cómo ha variado el clima en esta región en todo ese tiempo”.

Agregó que “Está claro que en las últimas décadas ha habido un acelerado calentamiento de la atmósfera, implicando una aceleración en el derretimiento de los glaciares, su retroceso y disminución de la masa de hielo. Sabemos que hace siglos atrás los glaciares avanzaron porque fueron épocas frías, pero queremos saber cuándo pasó. También sabemos que hace miles de años atrás hubo un periodo en que avanzaron y retrocedieron. Entonces, si tenemos un registro de todas esas variaciones, vamos a tener también un registro de cómo ha variado el clima, no solo ahora, que estamos bajo un calentamiento, sino que también de los últimos miles de años”.

Recalcó que “En la escala de los miles de años, yo creo que podemos tener  registros. Con las perforaciones de turberas, creemos que podemos llegar a estimar dónde estuvo el hielo después de la última máxima glaciación, osea estamos hablando en el orden de los últimos 20.000 años. Sabemos que hace 20 o 25 mil años los glaciares estuvieron aquí a la altura de Punta Arenas, pero no sabemos cuán rápido se retiraron hacia las cordilleras, entonces ese es un dato que podría salir también de esta investigación y es lo máximo que podríamos conseguir”.

Para este estudio se escogió a la cordillera de Darwin por ser una área rica en fuentes preservadas de evidencia paleo climática.

Texto por Adrián González

Fotos gentileza Eñaut Izagirre, María Pía Guzmán y Juan Carlos Aravena

Programa Gaia Antártica

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